Llegamos a Aguas Dulces, a pesar de que es igual que todos los pueblos de esta zona, tiene más vida. Buscamos un sitio para comer y nos encontramos la calle principal con bastante movimiento, por lo menos comparado con lo que hay en La Coronilla o en La Barra del Chuy.
Hay un restaurante con parrilla, es la primera parrilla que vemos desde que hemos salido de Punta del Este y además está lleno de gente, Se llama el “Chivito Feliz” Habíamos pensado que hoy haríamos el día de” no pan, no vino” pero con el olorcito a carne asada… Mmmm… no hay otra! nos quedamos y nos saltamos lo del día sin pan ni vino. Que me perdonen mis formas y que se alegren mis michelines!!
Le preguntamos al señor del restaurante si sabe de alguna cabaña para dormir una noche y mira por donde que nos dice que él tiene cabañas para alquilar! Perfecto!, Pues, vamos a relajamos y a disfrutar de un asadito y un vinito y luego pasearemos por el pueblo a ver qué pasa por aquí.
No es el mejor asado que hemos comido, aunque igual lo hemos disfrutado, últimamente los asados que más nos gustan son los que hacemos en casa.
Cuando vamos a salir, Per me llama y me dice:
—Mira! esto es un chivito… Sin comentarios al tamaño!
Es un plato con carne, ensaladilla, jamón, patatas fritas, lechuga, tomate… han dicho muchas cosas, es para dos pero yo lo veo para cuatro! esto confirma lo de que por aquí los platos son muy abundantes!! Imposible hacer dieta.
Estamos cansados y el vino ha ido directo a la cabeza.
Le pedimos la llave de la cabaña que tiene para alquilar y que nos indique donde está pero, haciendo gala de la gran amabilidad de este país, nos acompaña. Esta cerca, es al dar la vuelta al restaurante, por la parte de atrás… huyyy la cosa va de mal en peor… esto no es una cabaña, esto ya es una chozita!
Bueno, no hay que desesperar… aunque… jajaja es horroroso! pero amoroso! jajaja
Aparte de diminuto, caluroso, feo, etc. por lo menos está limpio y tiene una cama que ahora mismo es lo que necesitamos para dormir el vino. Al final, estamos de paso y en cualquier caso, la gente es tan absolutamente encantadora que definitivamente no hay porque dejar de disfrutar. Dormimos una siestecita y luego vamos a dar una vuelta por el pueblo y ver la playa.
Lo que nos encontramos es un poco desastre, parece como que el agua gana espacio a la arena y las casas parecen en peligro… hacen muros de contención pero están bastante dejadas.
Bajamos a la playa por estas escaleras… jorrr que difícil! y que auténticas! y como me gustan estas cosas!
Nos encontramos con una playa muy especial, es una playa muy agradable para pasear, es grande, plana, ahora mismo hay una niebla que le da un aire misterioso.
Las casas tienen mucha personalidad y podrían ser muy bonitas si estuvieran cuidadas, me recuerdan a esas películas que la protagonista sale con una taza de té a las escaleras de la casa…
Estoy disfrutando mucho de este paseo, aunque es todo misterioso, tiene buena onda.
Esta casa se ha quedado en medio de la arena, cuando suba la marea el agua seguramente cubrirá un poquito las maderas.
Para volver, lo hacemos por el interior del pueblo y nos encontramos de todo… Por ejemplo esta cabañita que parece venida del cuento de la brujita.
Llegamos a la calle principal y vamos al súper para, por lo menos, comprar agua. Parece que hay más tiendas de comestibles pero lo único que hay abierto fuera de temporada, es éste… oscuro, pequeño y atiborrado de cosas de toda índole. Puedes encontrar de todo! me recuerda a la tienda del pueblo de mi padre, cuando era pequeña iba con mi abuela y me quedaba embobada mirando, podías encontrar productos de alimentación, ferretería, juguetes… de todo y todo en un espacio muy pequeño…
Compramos agua y hoy nos arreglamos con lo que tenemos.
Por la calle siguen pasando los carros.
Entre La Coronilla y Aguas Dulces, no se cual de los dos pueblos tiene el premio de habitantes abrazados a su mate!
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