Un día de recuperación, comer y dormir
Lo primero que hago nada mas despertarme es tocarme el cuello, no está muy hinchado pero no está normal.
Durante el desayuno se ha hinchado un poquito pero se ha marchado de seguida, sigo tomando la buscapina y creo que ya se va marchando.
Estoy un poco mas tranquila, pero siento que no estoy bien del todo. Nos vamos de nuevo a pasear por Colonia. La sensación es la misma, es un lugar muy bonito pero se acaba pronto de ver. Sigue estando muy tranquilo, si vas por calles que no sean las principales es como que desaparece el sonido. La cantidad de árboles y vegetación que hay es impresionante, son árboles viejos, enormes.
Igual sí me da un poco de alergia tanto árbol porque me pican los ojos y la garganta se me seca.
Ya es la hora de comer, nos vamos directos a un restaurante que nos ha dado muy buena onda, está en una terraza y tiene una parrilla grande, grande, nos parece que ha de estar muy bueno.
Nos sentamos y vemos que están haciendo unos pescados a la brasa…Mmmm eso es lo que vamos a pedir! El camarero nos explica que es la pesca del día, es un pescado de rio que se llama dorado… a ver que tal nos sale la elección.
Mmmm que rico! Que bien que hemos acertado y que bien que a mi no se me hincha nada!! Lo estoy disfrutando por todos los motivos!
Después de comer el pesado, nos vamos a tomar el café y el postre a un sitio que está a dos puertas, se llama Lentas Maravillas, nos gustó el nombre y los dulces que anuncian, según dicen son “caserisimos”
Cuando entramos, vemos que aquí también han utilizado la casa particular para hacer un establecimiento público. Estás en la casa, es una planta baja, entras al recibidor luego el salón con todas sus cosas… libros, adornos, etc. donde hay una pareja tomando unas ensaladas y de ahí al jardín, grande y silencioso, con vistas al rio.
Pedimos un café, un té y un Pie de maracuyá… El Pie está de espectáculo, caserisimo 100% y deliciosisimo 100%… con la comida, el postre y este silencio… nos hemos dormido!
Una cosa muy curiosa en Colonia es que en todos los establecimientos, cuando vas a pagar, te dan la cuenta en las tres monedas; dólares, pesos uruguayos y pesos argentinos, puedes pagar en efectivo o tarjeta en cualquiera de ellas.
De vuelta al hotel ya lo preparamos todo para la marcha de mañana. Mi cuello sigue igual, no hinchado pero no normal.
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