Por fin llegó el momento! Ya hacia tiempo que tenia muchas ganas de ir a ver El Cañón del Atuel. Cada vez que veníamos a San Rafael, entre cervezas, mates y vinos se pasaban los dos días y eso es lo que correspondía ya que, ese era el motivo por el cual veníamos. Nuestro motivo y nuestra ilusión por venir a San Rafael, era encontrarnos con Miguel, gran amigo de Per y ahora, también mio pero en esos mates y esos momentos maravillosos que pasábamos juntos, Miguel siempre sacaba su carpeta de fotos y entre esas fotos habían unas que me llamaban mucho la atención, eran unas formaciones rocosas de mil formas y colores que me parecía imposible estar allí y no ir a verlo.
En esta ocasión, nuestra visita a San Rafael tenía reservado un día para ir a verlo y lo mejor de todo ha sido que Miguel se apuntó e hicimos la visita juntos.
Que Miguel haya venido con nosotros ha sido lo mejor que nos pudiera pasar, el ha visitado El Cañón del Atuel en varias ocasiónes y como local sabe perfectamente donde está cada cosa interesante para ver, en que orden es mejor hacerlo y la sorpresa… Un asado en medio del camino.
Salimos de San Rafael, contentos y alterados, que no se nos olvide nada para el asado… aún así, y por suerte a nada de salir, mientras poníamos gasolina… Nooo, nos hemos olvidado del vino!!! tuvo remedio rápido pero no quiero imaginar la cara que nos hubiera quedado si en el momento del asado nos damos cuenta de este “pequeño detalle”
Al rato, Hmmm parece que a Miguel no le funciona muy bien la moto, algo falla. Paramos a un lado y empiezan a mirar… parece que es una bujia, la cambió y perfecto!!! ya bien para todo el tiempo!
El Cañón del Atuel, en verdad, ha sido una sorpresa, primero no imagine que la ruta pudiera estar sin asfaltar bueno, no toda la ruta esta sin asfaltar. El recorrido total tendrá aprox. 160 km. de los cuales aprox 60 son sin asfaltar, en plena montaña. Es una ruta llena de piedras, al principio también con arena que hacía que culeara la moto, agujeros, serrucho, curvas, acantilados… digamos que no lo mas apropiado para una harley y una matchless y justo eso, a pesar de lo incomodo y doloroso, porque el culo y la espalda quedaron pelin molidos, justo ese camino potencia todavía mas lo maravilloso, mágico y espectacular del Cañón del Atuel.
Durante esos 60 km. estás adentrado en una naturaleza sorprendente, con paisajes increíbles, las montañas tienen colores y formaciones geológicas que han sido esculpidas en el tiempo por el agua y el viento que te hace sentir en la época de los dinosaurios, también hay rincones con arboles frondosos a orillas de pequeños lagos.
En uno de esos remansos de paz, Miguel tiene ya reconocido su “escondite” para disfrutar del asado.
Paramos y empezamos a preparar el asado, primero buscar ramitas, luego hacer el fuego y mientras prepara la carne… mate.
Miguel saca sus palitos y ensarta la carne, no podíamos creer que no fueran a comenzar a arder al ponerlos al fuego pero no, pone los palitos con la carne y se ha asado perfectamente.
Cuando ha estado listo, otra sorpresa, saca el asado del fuego y corta la carne ente dos de los palitos quedando una brocheta espectacular que hemos comido mientras los otros dos palitos con el resto de carne seguían en el fuego… todo un sistema de elaboración con un resultado inmejorable.
Me siento como si fuera protagonista de unos de los programas de cocina de Francis Mallmann. Este es uno de esos momentos que uno se pregunta… estaremos en el cielo? Dios, que asado… no solo estaba deliciosa la carne, que lo estaba, pero… el lugar no podia ser mejor y la compañía… todo de dar gracias al infinito.
Después de descansar un rato la comida y disfrutar del sonido del silencio, seguimos camino
y después de más deleite de naturaleza, de repente te sorprende el lago Nihuil, inmenso.
Cuando llegamos a la carretera asfaltada todo es un seguir el cauce del río Atuel todo de arboles y lugares espectaculares donde la gente se reúne para hacer sus asados y bañarse en el río, también hay muchos puestos para practicar deportes de aventura.
En uno de estos espacios… el mejor eso es lo que tiene estar con un local…
nos paramos, Miguel saca su pavita y como hecho a medida, nos encontramos los rescoldos de una fogata donde hemos puesto a calentar el agua y unas tortas fritas de ayer y a ritmo de mate, de nuevo la pregunta; estaremos en el cielo?
No hubiéramos marchado de ahí!!
Un día de pura vida, Muchas gracias Miguel por regalarnos un día tan especial, la mejor forma de ver y vivir el Cañón del Atuel
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