Hace sol y calor de verano durante el día pero por la mañana temprano y por la noche baja bastante la temperatura, para dormir se necesita una mantita, es perfecto, se duerme súper agustito.
Como era de esperar, ayer NO trajeron las maletas, hoy nuestra tarea principal es intentar recuperarlas. Llamamos a Iberia, nadie sabe nada, nos piden que llamemos más tarde, esto empieza a ser preocupante ya que mañana es domingo y el lunes a las 6 de la mañana hemos de salir hacia Montevideo. Llamamos de nuevo y resulta que tenemos las tres bolsas retenidas en aduana, según dicen no las podemos sacar, parece que está prohibido pasar recambios de moto, ni nuevos ni usados… no lo sabíamos y llevamos un casco nuevo en una bolsa, otro casco nuevo en otra bolsa y en la tercera bolsa un amortiguador y un respaldo con parrilla usados. Llamamos a Luis que venga a recogernos con el taxi y nos lleve al aeropuerto.
Luis se queda esperando en el taxi. Entramos en el aeropuerto, preguntamos y nos dirigen a Aduanas, todo es un poco siniestro, decimos que venimos a recoger unas maletas retenidas, nos miran de arriba abajo como intimidando, no nos dejan entrar, no podría decir que nos tratan mal pero con distancia extraña, el policía va a hablar con uno, luego habla con otro nosotros nos miramos y creo que los dos pensamos lo mismo… “esto va a ser duro”
Por fin viene un policía, nos hace entrar en lo que parece la “oficina siniestra” oscuro, destartalado y con papeles amontonados en cajas. Traen las bolsas y las ponen encima de una mesa larga fuera de la oficina, ahora son dos policías e inician una especie de interrogación mientras nos piden que abramos las bolsas. Les decimos que venimos de Barcelona, que estamos viviendo en casa de un amigo y que el lunes vamos a comprar una moto en Montevideo y a viajar con ella y para eso son los cascos y que el amortiguador y el respaldo son para ponerlos en la moto que compremos. Aunque es la verdad, no parece que les convenza mucho, nos dicen que lo que vamos a hacer con todo esto es venderlo y eso está prohibido, insistimos en que no, que es verdad lo que les decimos, uno de ellos se va a buscar al jefe, vienen dos más pero ninguno de ellos parece “el jefe” Per empieza a hablarles de cosas positivas de Argentina y parece que todo se relaja un poco, yo sigo la misma onda, me preguntan cosas de Barcelona, La Sagrada Familia, el campo de futbol, del Barça, de Pep Guardiola y de Mesi, a estas alturas ya somos “casi amigos” entre tanto ellos están revisando las bolsas como si fuera un botín, se prueban los cascos y les encantan, se lo miran con una cara de cariño que me hace pensar que estos cascos ya tienen nuevos dueños! Es absolutamente claro que la situación está en sus manos y en este caso, nada tiene que ver con cumplir la ley, la cosa es que los cascos y las piezas les han gustado tanto como que si no salen de aquí se lo quedan ellos para su propio uso o lo que es más simpático, para venderlo ellos mismos. Yo estoy empezando a enfadarme, esta táctica de suavizar me ha gustado hasta ahora, que la verdad ya me está molestando la situación. Para más colmo, hemos llegado a las 11 ya son las 13 y ahora hacen cambio de guardia… hasta cuándo vamos a estar perdiendo el tiempo?
Vienen dos policías más y ahora sí, uno parece ser el jefe, se miran las cosas y definitivamente parece que no vamos a sacarlas de aquí. El jefe nos hace entrar a la oficina mientras nos va diciendo que estamos haciendo una importación y que no está permitido. Para bien o para mal… para bien en este caso, ha salido mi enfado y muy seria le digo – mire, esto no es una importación, estas piezas no se van a quedar ni en Argentina ni en Uruguay, es para nuestro uso y si no lo podemos llevar ahora, la vuelta a Barcelona la tenemos desde este aeropuerto, así que pasaremos a retirarlo cuando marchemos, en este momento se miran uno a otro y me da mucho que han pensado que si no se lo pueden quedar, mejor dejarlo pasar y no hacer tan mala prensa con unos turistas.
Habrá sido esto o habrá sido otra cosa, el caso es que nos ha mirado y como quien nos hace el gran favor, nos dice que podemos retirarlo pero que hemos de firmar en un libro conforme es para nuestro uso, firmamos y Por fin!! Salimos del aeropuerto con nuestras bolsas.
Son las 2:30 de la tarde, TRES HORAS Y MEDIA “HUEVEANDO” (como diría un Chileno) EN EL AEROPUERTO! Por mucho rato hemos pensado que no sacaríamos las cosas de allí pero al final lo hemos conseguido!
Pobre Luis!!! Allí sigue esperándonos!! Tanto rato!! Supongo que estará bien cansado de esperar pero nosotros estamos encantados de que esté ahí, tenemos las maletas y ahora tenemos el tiempo justo para llegar al club de Polo donde hemos quedado con Mariano para ver el partido final entre La Dolfina y Ellerstina… y gracias a que Luis nos ha esperado podremos llegar a tiempo.
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