Con lluvia, de vuelta a Montevideo
Salimos de Punta del Este con lluvia. Hemos estado esperando en el hall del hotel, vestidos y calzados de lluvia y un poco achicharradosss, hasta que ha dejado de llover fuerte pero, por la impaciencia, hartos de pasar calor con los pantalones plásticos y aún que sigue lloviendo (llueve más que ayer cuando decidimos quedarnos)… salimos.
No ha sido tan grave, ya estamos en Montevideo!
Paramos en el restaurante García en Carrasco para recoger el jersey que Per se dejó el día que estuvimos cenando aquí, habíamos llamado al día siguiente, desde Punta del Diablo y, por suerte, lo tenían y nos lo han guardado. Lo va olvidando en todos los sitios!! siempre sale alguien corriendo diciendo “Señor, señor… se deja esto!” cada vez somos mas despistados!
Hemos hecho reserva en el hotel Ermitage, en el barrio de pocitos, creo que es el barrio que más me gusta de Montevideo, si tuviera que vivir aquí, me encantaría que fuera en Pocitos. Es un barrio arregladito, tranquilo, familiar, con comercios de todo tipo, es un barrio donde es cómodo vivir.
Es curioso que todavía circulen carros con caballos por la ciudad, los utilizan los “drapaires” recogen cosas de los contenedores a las que puedan sacarle algún provecho. No deja de chocarme cada vez que veo uno.
Aunque cansados, como los dos días que tenemos aquí antes de marchar a Colonia, serán de gestiones y de levantarnos a las 6:30 dela mañana, decidimos darnos un premio por anticipado y nos vamos a cenar a Francis, nuestro restaurante preferido en Montevideo en el 2011.
Está muy cerca pero igual cogemos un taxi, no queremos dar ni un paso. El restaurante está igual: servicio muy atento y lleno de gente. Pedimos nuestros platos favoritos en este restaurante; un ceviche, vieiras gratinadas, un trio de carnes para compartir y un crocante de almendras con manzanas al ron.
Por desgracia aquí ha pasado algo, han cambiado al cocinero o han bajado el nivel en la cocina.
Las vieiras no tienen sabor a nada y no hay gratinado, la salsita es un líquido casi sin sabor.
El ceviche está triste, también sin sabor… ni lima, ni cilantro… que pena.
La camarera viene amablemente a preguntarnos qué tal está todo, tristemente, le tenemos que decir que pse, pse.
Llega la carne y aquí sí que nos quedamos desolados, hemos de tachar Francis como nuestro restaurante preferido en Montevideo… si la carne no es lo que corresponde… apaga y vámonos. Llega una plancha con los tres pedazos de carne, con unas salsas líquidas. Los pedazos no son de la calidad de los que nos tocaron en las tres o cuatro veces que vinimos en el 2011, las salsas eran menos cantidad y más ligadas y lo peor es que la carne está seca y desde luego no estaba así en ninguna de las ocasiones que hemos venido.
No sé si estamos más tristes por que no está como lo esperábamos o porque estábamos tan felices de tener “nuestro restaurante” de confianza en Montevideo y ahora nos quedamos sin…
Viene de nuevo la camarera a preguntarnos si está de nuestro agrado… se lo hemos dicho todo… situación embarazosa… creo que se ha dado cuenta de que de verdad estamos tristes del cambio. Al minuto viene el dueño a disculparse, nos dice que lo siente mucho, que revisará el tema en la cocina y que no nos cobrará la carne… El servicio y la atención al cliente no ha cambiado nada pero, por favor, que sea cierto y revisen la cocina, nos encantará volver y poder disfrutar de nuevo de “Francis”, nuestro restaurante preferido en Montevideo.
Por lo menos el postre, delicioso, igual de bueno que siempre
Los dos días siguientes llueve y llueve, aunque parece que estamos de suerte, si se cumplen las previsiones, el próximo viernes que tenemos pensado salir para Colonia ya mejora el tiempo.
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