Hemos decidido hacer la excursión a Cabeza del Indio… caminando!
Según dice el mapa que nos dieron son unos 7km. desde el hotel hasta la Cabeza del Indio y en el trayecto se puede ver el mirador del río Azul. Teniendo en cuenta la caminata que hicimos en El Chaltén, esta ya nos parece nada! Cogemos mochila, agua y unas cositas de comer, así haremos un picknick en el camino.
Según el mapa hay posibilidad de ir por un sendero o por la carretera de ripio, si vamos por la carretera de ripio podemos ver el mirador del Azul y la vuelta la podemos hacer por el sendero… ya estamos de nuevo en ruta! y más aún… en ruta de ripio! Es como que no sabemos vivir sin una carretera, y ahora ha de ser de ripio!
Todo es cuesta arriba, con sol fuertecito. Después de 1h. caminando llegamos al mirador del Azul, es muy bonito, se puede ver el rio, el valle, las montañas y a lo lejos el Lago Pueblo y la Cordillera de los Andes, es un paisaje bonito, muy verde, hacía tiempo que no veíamos tanto verde.
Seguimos por la carretera, a veces pasan coches, pocos por suerte porque nos dejan comiendo polvo por un rato. En los lados de la carretera hay un montón de moras y muchas frutas silvestres.
Bien! llegamos al cartel que indica que estamos en el recinto de la Cabeza del Indio, hay un recinto con unas vallas de madera que te llevan a un pequeño kiosko donde venden bebidas y cosas para comer y donde nos cobran 8 pesos por persona para ir a ver la roca y nos informan que hemos de seguir por un sendero de unos 15’.
El sendero es como del bosque encantado, misterioso, llegan unas escaleras hechas con troncos que son enormes, altas, en alguna de ellas y en algunas rocas tengo que agarrarme con las manos para poder subir, luego se pasa por debajo de una roca enorme y siguen las escaleras, no quisiera quedarme aquí sola por la noche ni por casualidad!
Al final de las escaleras hay una plataforma construida con maderas que ves el precipicio por las ranuras, da vértigo! ahí es donde has de ponerte para ver la cabeza del indio, la verdad es que es tremenda, una gran roca que sobresale y sí, se ve bastante bien el perfil de un humano, es curioso.
Hemos de seguir el sendero para llegar al punto de partida y ahora sí que da vértigo, el camino es súper estrecho, en algún tramo caben justo los dos pies, es suelo arenoso y no hay ninguna protección al precipicio… están locos? Solo hay un alambre gordo en la roca para cogerse… lo estoy pasando fatal, por mí, por Per que no lo quiero ni mirar y por toda la gente que viene por detrás. Uf!! El loco de Per quiere hacerme una foto en este momento que lo voy a matar, que salga ahora mismo del lado del precipicio y que no me desconcentre porque acabo de descubrir que tengo vértigo!
Por fin!! Se acabó el precipicio al lado, no me ha gustado nada pensar que por aquí pueden venir niños, no quiero ni pensar!.
Seguimos el sendero, ahora mucho mas tranquilo, nos encontramos unos bancos en una sombra, ideales para nuestro picknick! Se nos ha complicado un poco porque olvidé los tenedores, por lo demás perfecto!
Para volver Per se ha empeñado en encontrar el sendero y más que encontrar, en algún tramo, creo que lo hemos inventado. Hay muchos senderos o similar pero no hay indicaciones, así que hemos ido haciendo por dentro del bosque, a veces el sendero o lo que parece un sendero, desaparece y vamos como por surcos de riachuelo llenos de polvo, el bosque es frondoso, misterioso… toda una aventura, me ha encantado!
Cuando llegamos a la carretera de ripio, no es la misma por la que hemos venido pero hemos ido caminando hacia donde el olfato nos llevaba y por fin, dimos con el puente para cruzar el rio y al hote! VAMOS DE POLVO HASTA LAS CEJAS!
Nos desempolvamos, mini siesta y a ver si la cervecería El Bolsón está abierta!
Siii! Está abierta, la cerveza está mucho mejor tirada, hasta me gusta. Aprovechamos para comer unas cositas y de vuelta al hotel, estamos bastante molidos por la caminata de hoy, han sido unas 4h. de caminar, cuesta arriba y cuesta abajo sin parar por
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