Los planes para hoy son salir por la mañana hacia Colonia para pasar allí el final de semana y el lunes 27 pasar con el buquebus a Buenos Aires.
El día de hoy, de momento no puede ser peor… más que llover, diluvia pero confiamos en que por la tarde se pondrá bueno. Desayunamos tranquilamente en el hotel, preparamos todo, cargamos y… esperamos. Como a las 2 ha dejado de llover tanto y aunque todavía llueve, decidimos salir.
El trayecto hasta Colonia no ha sido muy agradable, lo hemos hecho todo de un tirón, no es mucho, 180 km.aprox. pero ha hecho mucho viento y ha llovido en mayor o menor intensidad todo el rato y lo peor HA HECHO UN FRIO HORROROSO, me quedé tiesa!
El paisaje entre Montevideo y Colonia tampoco es muy agradable, primero encuentras toda la zona puerto de Montevideo, luego unos cuantos km. de pueblos miseria que siempre dejan un nudo en el estómago, luego zonas de industria, más adelante grandes plantaciones de soja que supongo es transgénica, los olores súper desagradables dan nauseas de respirar, una sensación muy lejos de la que se tiene cuando la carretera tiene a los lados eucaliptus… ahora los olores son más bien extraños y desagradables. Cuando faltan unos 30/40 km. aprox. para llegar a Colonia, el paiseja empieza a mejorar para acabar siendo bonito. En los últimos km. a los dos lados de la carretera hay unas filas de palmeras hasta llegar a la ciudad.
Llegamos al hotel, estamos en el hotel Beltrán, muy cerca del centro de la ciudad. Nada más entrar en la habitación me quito las botas y la chaqueta y me meto en la cama, toda tapada, a ver si entro en calor porque estoy verdaderamente congelada. Per me regaña porque no he dicho nada de lo mal que lo estaba pasando pero, es que, aunque lo hubiera dicho tampoco eran zonas de parar a deshacer las bolsas buscando cosas de abrigo así que preferí no decir nada y seguir todo el camino con el mismo pensamiento “tengo calor” “tengo calor” “me siento perfecta”… por lo menos mejor que toda ese gente en los poblados y debajo de los puentes…
Ya recupera/dos nos vamos a ver el caso viejo de la ciudad, es muy bonito, está considerado patrimonio de la humanidad, según dicen es una mezcla de estilos portugués, español y post colonial.
Es precioso, con sus calles pequeñas, empedradas, las casas bajitas y con mucho verde.
Tiene un montón de restaurantes, cada esquina es un restaurante, todos con mucha onda, decorados muy acogedores, hay uno que se llama “drugstore” que es muy particular, además, en la calle tiene aparcado un coche antiguo adaptado como mesa de restaurante para dos. Todo es como de un cuento aunque muy cortito… digamos que tiene pocas páginas, el casco viejo de la ciudad acaba pronto.
El día sigue siendo de mucho viento, no llueve pero hace frío. El río está muy revuelto, hay olas que pican en las rocas del acceso al puerto náutico y saltan por arriba, estoy por hacer una foto a Per y una ola casi me moja totalmente, menos mal que me di cuenta y me escapé!
Hemos encontrado un restaurante para cenar que nos da muy buen rollo pero no abren hasta las 8.
Pensamos que damos una vuelta más por el pueblo para hacer tiempo a que abran. Nos metemos en un sitio para tomar un café, es un sitio muy particular, cuando estamos adentro nos damos cuenta que es la entrada de la casa particular y ahí han montado unas estanterías de venta de productos naturales con un mostrados con tortas caseras y tres mesitas para tomar el té…
Mientras estamos tomando nuestro tentempié Per empieza a bostezar y bostezar y… que se duerme!! No puede ser, dejamos la cena para mañana, le ha salido todo el cansancio del viaje, nos vamos a cenar una ensalada simple y a dormir!!.
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