10 cosas de Montevideo que me sorprenden
Después de haber estado de paso por Montevideo en diferentes ocasiones, es ahora que hemos vivido en la ciudad por tiempo seguido que nos vamos encontrando con cosas del día a día que, de una forma u otra, no dejan de sorprendernos. Es una ciudad encantadora, con personalidad propia, en evolución, con contrastes que van llevando del pasado al presente y que invita a la reflexión… Me encanta!… Lo había dicho?
Aquí 10 cosas que, para bien o para mal, no dejan de sorprenderme
1. La Rambla de Montevideo.
Como ya dije en otro momento en el blog, para mí, La Rambla en Montevideo es mágica, tiene una energía especial. Transmite paz. No importa que día u hora de la semana vaya a pasear que me sorprende con una sensación de encuentro conmigo misma sin siquiera haber hecho el propósito, llego a casa llena de energía, con fuerza, feliz.
Los Montevideanos usan y disfrutan las Ramblas, esto me causa una sorpresa muy grata, siempre hay gente de toda edad y condición paseando, corriendo, en bici…
Los fines de semana, es un punto de encuentro de todos. Todos caben; familias, amigos, parejas, de a uno… todos se reúnen y comparten, me parece maravilloso.
Visualmente es preciosa a toda hora. Los cambios de luz durante el día le van dando diferentes tonalidades y profundidad y cuando llega la noche aparece toda la silueta iluminada por las luces. Es muy bonito.
2. Los mercados en las calles
Un buen día, oíamos unos ruidos, miramos por la ventana del apart hotel donde estábamos hospedados, en medio de la ciudad y… que vimos? Todo un mercadillo de alimentación montado en la calle! Nos choco mucho, es como en los pueblos pero en la ciudad! Nos sorprendió y nos encantó, disfrutamos como locos comprando en estos mercadillos. Los miércoles lo ponen en la calle Berro con Scoseria, los viernes en la calle Berro con Massini, justo la calle de arriba de casa y así van variando en diferentes puntos de la ciudad.
Esperamos los viernes para comprar la fruta y verdura en el “mercadillo de casa” aunque has de ir con cuidado y elegirla bien porque hay de todo. Nos han dicho que los fines de semana ponen un mercadillo en Parque Rodo donde hay una parada de fruta ecológica, muy buena. Nos queda no tan cerca pero iremos a verlo
3. Los Taxis
Los taxis ya hace años que nos vienen sorprendiendo. Esta vez, al llegar al aeropuerto, nos quedamos de piedra al ver que el taxi que estábamos tomando era un mercedes nuevo, espectacular, amplio, sin la coraza de seguridad, super comodo. Pensamos que, de repente, habían cambiado o por lo menos habían empezado a cambiar la flota de los taxis, pero… NO, siguen igual.
Generalmente son muy viejos, casi sin suspensión, algunos de ellos (la mayoría) sin maneta trasera para poder subir o bajar la ventanilla (muy fastidioso ya que si la llevan abierta y no quieres viento… “te aguantas” y si quieres ventilación porque te estás ahogando… “te aguantas”, son muy ruidosos, muy pequeños y con una mampara de seguridad que, entre que los autos son muy pequeños y que la construyen muy hacia atrás, te quedas sin espacio para meterte.
A Per, normalmente no le caben las piernas, muchas veces ha de sentarse al lado del conductor (no siempre agradable). La otra es que cuando quieres decir algo al conductor, entre la mampara y el ruido has de gritar potentemente y no siempre reaccionan… cuando se han enterado de lo que les dices ya has pasado cuatro calles de donde ibas…
El precio del trayecto va por fichas. Tienen un cuenta fichas y una lista de equivalencias.
Y como show final… el cajoncito para pagar. Hay dos modelos; uno es una ranura de unos cuatro dedos de largo por uno de ancho que se desliza adelante y atrás y el otro es como una puertecita de 4×4 dedos, basculante. Ahí pones el dinero (como puedes) y luego te llega el cambio por el mismo agujerito.
Por suerte siguen siendo bastante económicos.
4. Los caballos con los carros por las calles
Esto, además de sorpresa, me deja un poco parada… estamos en una ciudad! Y de repente pasa un caballo con un carro por entremedio de los coches y los buses, recogiendo los cartones, etc. de los contenedores, re-lleno de cartones, con toda la familia arriba… o bien… Estamos en casa, en un edificio moderno, en un barrio bien y de tanto en tanto vas escuchando el sonar de los cascos del caballo en la calle…
5. Los coches con altavoces anunciando productos
De tanto en tanto (por suerte poco) pasa un coche con altavoces, a todo volumen, anunciando milanesas o venta de zapatos o venta de x producto
6. Los colectivos (los buses)
Este es todo un tema. No he ido en bus pero puedo imaginar lo que debe ser esto. Van a toda velocidad, mejor no te pongas a cruzar la calle por delante de ninguno de ellos porque estás frito y son RUIDOSISIMOS! Entiendo que si vas dentro, mejor bien agarrado. Por otro lado, por lo que me cuentan, no son muy cómodos y llegan cuando llegan.
7. La construcción de algunos edificios
La construcción de edificios pegados a casas preciosas, como ejemplo el Castillo Pittamiglio. Una imagen lo explica todo.
8. La venta de jazmin en la calle
Me resulta curioso que por las tardes (por lo menos es cuando yo le he visto) se ponen en las esquinas, simplemente con una caja y una sillita para vender de forma ambulante solo jazmin.
9. Los árboles
Los árboles son preciosos, enormes y lo que me llama la atención es que creo que no los podan, son súper frondosos y gotean. Al principio, en diferentes ocasiones me había caído alguna gota, pensaba que sería de algún aire acondicionado, que había caído algo de algún balcón, algún pájaro, que empezaba a llover… pero no, es savia de los árboles.
10. Los precios
Los precios en Montevideo me tienen un poco mareada. En general, son muy altos. La mayoría de los productos son de importación y no importa de donde vengan, por ser de importación, son caros… vienen de china… caros, vienen de España… caros, vienen de Brasil… caros. Como ejemplo un sofá de dos plazas, tipo ikea de una calidad incluso inferior, que viene de China, puede costar 1.500 eur.
Zara home que viene de España (por lo menos los productos son bonitos y comparativamente de muy buena calidad) pero da dolor de estómago comprar nada… como ejemplo un edredón que en España puede costar aprox. 170 eur. Aquí pagas, por el mismo, 300 eur.
Lo malo es que cuando es producción local, o no te llega a casa porque se ha roto por el camino, o también es caro, carísimo.
Algo debe haber que sale a mejor precio pero de momento no lo he encontrado…
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